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El absceso anorrectal (absceso anal) es una infección severa y muy peligrosa, que requiere de un tratamiento preciso y urgente. Si no se atiende rápida y correctamente puede dejar como secuela una incontinencia anal – fecal o bien, ocasionar la muerte del paciente.
El absceso anal es una enfermedad particularmente peligrosa en personas con diabetes, VIH, transplantes, leucemia, cáncer o alguna otra enfermedad en que las defensas están muy bajas. Esto se debe a que el cuerpo de estas personas no se puede defender adecuadamente ante una infección.
La causa mas frecuente del absceso ano – rectal es porque se obstruye una glándula anal por un fragmento de materia fecal. Dado que la materia fecal tiene muchísimas bacterias, esto desencadena la infección.
El paciente comienza a sentir dolor anal sin ninguna causa aparente y tiempo después nota una infamación al lado del ano que es muy sensible y dolorosa que inclusive le impide sentarse o caminar. Posteriormente se agrega fiebre intermitente.
En algunos casos puede ser que el absceso se reviente por sí solo, con lo que hay salida de la pus y desaparición del dolor. En otros, el absceso no se revienta y sigue creciendo con lo que la infección es cada vez mas severa y peligrosa para la vida del paciente.
Esperar a que el absceso “madure” y se reviente por sí solo es un error muy común. Con esto sólo se retrasa el tratamiento y se permite que la infección avance.
Los antibióticos no sirven para eliminar la infección pues la pus inactiva los medicamentos y estos no pueden penetrar en el absceso, en todo caso, sirven para controlar un poco el avance de la infección en lo que se hace el tratamiento definitivo.
El tratamiento del absceso anorrectal consiste en abrir el absceso, sacar la pus y realizar una limpieza. Muchas veces esto se puede hacer en el consultorio bajo anestesia local y otras veces se requiere entrar a un quirófano para hacer una limpieza mas amplia y controlar la infección.
Al término de la cirugía el paciente prácticamente ya no tiene dolor. Se le indica una dieta rica en agua, frutas y verduras y hacer baños de asiento para mantener limpia la herida. Se administran analgésicos y, dependiendo del caso, antibióticos.
Los pacientes que no se tratan prontamente se complican con una gangrena severa que abarca ano y genitales y que puede alcanzar inclusive el abdomen. Esta enfermedad se llama Síndrome de Fourniere y es sumamente peligrosa. La mitad de los pacientes con esta complicación morirán a pesar de realizar tratamientos adecuados y múltiples cirugías de limpieza. Los sobrevivientes requerirán injertos y una larga recuperación.
Si usted tiene sospecha de un absceso anal, debe acudir inmediatamente con un médico de confianza para recibir el tratamiento adecuado.